viernes, 7 de enero de 2011

La Iglesia en Peligro 1

1ª Parte

Los peligros que asechan a la iglesia
Por Ernesto Säuberlich B.


Cuando estaba estudiando en el Seminario, comenzó a asentarse una inquietud en mi que hoy ha madurado lo suficiente como para que la exprese a través de un documento. Esta inquietud está relacionada con las palabras que nuestro Señor y Dios refirió a los fariseos, citando a Isaías, a quién Él mismo le dijo estas palabras mas de 700 años antes de este momento: “Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. (Mt. 15:8-9)

Este documento lo escribo primero porque como cristiano, como verdadero discípulo de Jesucristo (que sólo son aquellos que permanecen en su palabra [Jn. 8:31]), me debo a Él primeramente con todo mi corazón, y con toda mi alma, y con toda mi mente, y con todas mis fuerzas. Segundo, porque como siervo del único buen Pastor, me debo a sus ovejas en amor fraternal. (1ªJn. 4:7) Tercero, considerando lo anterior, lo hago con el propósito de llevar a la reflexión a quién lea este documento, por lo cual presentaré muchos puntos que serán controversiales y provocativos, que instigarán a pensar, ya sea porque molesten o porque despierten la curiosidad. Quiero pedirle que considere al leer este documento, que no importa si está bien escrito, si el lenguaje es correcto, si le gusta o no, si se siente identificado o agraviado, sino que lo único que importa es si es verdad. Si lo que expongo no es verdad, entonces no vale de nada.

Como hijos/as de Dios somos llamados a salir de la ignorancia, que el diccionario de la Real Academia Española define muy precisamente como: “…la ignorancia es la que procede de la negligencia - en aprender o averiguar - lo que puede y debe saberse.” Si presta atención a lo que dice, se verá confrontado/a, si es que realmente entendió. La negligencia de averiguar o aprender (el no preocuparse de investigar o de estudiar), algo común en muchos, ya que creemos saber mucho; pero me gusta como termina la afirmación, cuando dice: “lo que puede y debe saberse”. La última parte es la que nos atañe a nosotros. No podemos ser negligentes en aprender o averiguar lo que debemos saber. Nuestra ignorancia cristiana es porque hemos sido negligentes en aprender lo que debemos saber con respecto a lo que Dios nos dice por medio de la Biblia. Como lo afirma Pablo en Ef. 4:17-20.

¿Cómo podemos salir de esta ignorancia? Esto lo debemos hacer sólo por medio del estudio dedicado de la Palabra del Señor Jesucristo, examinándonos a nosotros mismos (2ªCo. 13:5) y procurando hacer firme nuestra vocación (2ª Pe. 1:10), para estar seguros de nuestra santificación que finalmente es la voluntad de Dios (1ªTe. 4:3), y que fue lo que el Señor Jesucristo afirmó enfáticamente cuando dijo: “…no todo el que me diga Señor, Señor, entrará en el reino de los cielo, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” (Mt. 7:21)

Se que no soy el primero en hacer esta reflexión, pero creo necesario sumarme a aquellos que ya han expresado su preocupación con respecto a los peligros que asechan a la iglesia. Si bien es muy cierto que la iglesia siempre ha estado siendo asechada por todo lo que la rodea, hoy en día se encuentra en medio de un ataque que es muchísimo mas peligroso, porque este ataque es muchísimo mas sutil. Vivimos en un tiempo en que la tolerancia y los derechos humanos (entre otras cosas) se han hecho parte de nuestra forma de pensar, de tal manera que nuestra cosmovisión está completamente influenciada por todo lo que el hombre ha ido generando, especialmente en los últimos 100 años.

En estos últimos 100 años, las ideologías humanistas y científicas de todos los tiempos, especialmente desde los tiempos de la reforma, cuando la iglesia vuelve a aparecer en el escenario público, y comienza una nueva era en el cristianismo, se cristalizaron en una forma de pensar generalizada. Hoy la mayoría de las personas, especialmente en el occidente, aceptan sin mayor discusión, temas como convivir, homosexualidad, derechos de los niños, de las mujeres, de los animales, etc., divorcio, esoterismo, sincretismo, psicología, evolución, libertad de expresión, etc.

Cada uno de estos temas, atentan contra la palabra de Dios. No voy a entrar a explicar en detalle como lo hacen cada uno en particular, sino que mas bien los planteo para que cada uno se cuestione y averigüe en que se disocian de la palabra del Señor Jesucristo. Creo que podrán encontrar suficiente material en la Biblia para entender por qué atentan contra Dios.

Lo trágico es que estas corrientes, temas, filosofías, llámeselas como quiera, han permeado de tal manera nuestras congregaciones, ya sea por las teologías liberales, o por las politizadas, o por las de la prosperidad, o las nuevas emergentes y carismáticas, que están desvirtuando de tal manera la palabra verdadera que predicó y enseñó nuestro Señor Jesucristo, que ya casi no hay vuelta atrás. De esto nos advierte el Espíritu Santo por medio de Pablo en Colosense 2:4,8 y Efesios 4:14.

La iglesia de Laodicea representa aquella iglesia evangélica moderna de hoy, entre la que estamos como bautistas chilenos (cuando hablo de nosotros los bautistas me refiero a los de la Unión Bautista de Chile), y que tiene un auge y crecimiento casi explosivo. ¿Por qué? Porque ha admitido e incorporado todo lo “bonito y bueno” del mundo en su retórica y práctica, lo que la hace sumamente atractiva a los conceptos humanistas, especialmente a los hijos del diablo. Por eso el Señor claramente la reprende, calificándola como tibia, y que sin embargo se cree que es rica, que se ha enriquecido y que no tiene ninguna necesidad, sin embargo Jesucristo le dice que es desventurada, miserable, pobre, ciega y desnuda, demandándole que se arrepienta. (Apo. 3:14-22)

LA DEBILIDAD DE LA IGLESIA
La razón por la cual estas corrientes anteriormente mencionadas se han infiltrado en nuestras iglesias, es principalmente por la falta de discernimiento. Este discernimiento se ha ido perdiendo entre los cristianos por dos razones.

1.- Principalmente porque el estudio sistemático de la Palabra de Dios no se continuó entre los cristianos verdaderos. En otras palabras el mandamiento que Jesús demandó cuando dio la gran comisión, de id y haced discípulos …enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado” (Mt. 28:20), se dejó de lado o se fue diluyendo en su seriedad (como pasa hoy en la mayoría de las escuelas dominicales), lo que trajo por consecuencia que los que son de Cristo no siguieron leyendo y estudiando la Biblia con el fervor y entusiasmo y perseverancia que es necesario. ¿Por qué se fue dejando de lado el estudio de la Biblia en forma sistemática? Porque ya no se considera que la palabra es suficiente, que la Biblia es suficiente para todo lo que creyente nacido de nuevo necesita (2ªTim. 3:16-17). Esta grave falencia en la mayoría de las iglesias bautistas, se ha acentuado por todo el material “cristiano” que se ha escrito en los últimos 100 años, que ha llenado nuestras librerías y bibliotecas con todo tipo de discipulados, estudios, enseñanzas y libros de autoayuda escritos por hombres y mujeres que no fueron inspirados por el Espíritu Santo, y que han tomado el lugar de la Biblia, enseñando como doctrina, todo tipo de mandamientos de hombres, tal como lo advirtió Jesús (Mt. 15:9). La Biblia es suficiente para todo lo que los santos necesitan para alimentar el espíritu y así poder discernir espiritualmente. Esto fue una de las principales afirmaciones que hicieron nuestros antepasados bautistas, y que fue ratificada por todos los hombre que Dios levantó para su gloria y honra.

2.- Desde los púlpitos se comenzó (en los últimos 50 – 70 años) a predicar todo tipo de sermones que atendieran los intereses de los hombres, que satisfacían las necesidades humanas y deleitan la curiosidad (centrado en el hombre y no en Dios). La prédica expositiva de la palabra de Dios (2ªTim. 4:2), versículo por versículo fue quedando en el olvido, dejando un vacío en el espíritu del creyente, que lo debilitó a tal punto que ya no es capaz de discernir lo que es de Dios y lo que es del mundo.

LAS CONGREGACIONES
Esta falta de discernimiento en los cristianos, trajo graves consecuencias a la verdadera iglesia, convirtiendo a las iglesias mas bien en congregaciones. Estas congregaciones están compuestas de todo tipo de personas, entre las cuales se encuentran algunos creyentes, verdaderos santos convertidos y nacidos de nuevo. Si los cristianos están mal alimentados espiritualmente, no podrán discernir quién es quién, y por lo tanto no sabrán si los que los están liderando son o no cristianos verdaderos hijos de Dios. Por consecuencia, la falta de discernimiento se va a traducir en que no podrán saber como aplicar la palabra de Jesucristo a la vida de la iglesia, lo que a su vez traerá como consecuencia malas decisiones en cuanto a que predicar y que estudiar y que hacer con respecto a lo que la iglesia fue llamada a hacer. Un círculo vicioso que es difícil de romper.

Por eso hoy vemos “iglesias” llenas de actividades y obras que fascinan a los hombres, con grupos de jóvenes que brillan y se divierte, con escuelas de niños que lo pasan maravilloso en todo tipo de actividades y pasatiempos, con café concert, retiros musicales, danzas y conciertos, bandas y todo tipo de encuentros en el espíritu, discipulados varios y charlas para cada necesidad, cursos de inglés, la lista es interminable. ¿De donde nació todo esto? ¿Cómo llegó la iglesia a participar y practicar este tipo de cosas? La iglesia lo aprendió del mundo. Vio las cosas exitosas que el mundo ha ido desarrollando, cosas que tienen éxito y que son efectivas para alcanzar a los que no buscan a Dios. Como lo dije antes, esto está clara y repetitivamente advertido en la Biblia.

Eso es. Los que no buscan a Dios. Hoy en EEUU existe curiosamente el movimiento “Seeker friendly movement” que es un movimiento que se denomina “amigable con los que buscan” (a Dios se supone). Lo que se olvidaron es que la Biblia nos enseña que nadie busca a Dios (Rom. 3:11). ¿Entonces de que buscadores hablan? De los que parece que están buscando a Dios, pero que en realidad buscan una espiritualidad que satisfaga sus expectativas y esperanza, que es idolatría. Esto se ha ido acercando a nosotros pero en varias formas similares, llevando a las “congregaciones” a hacer todo tipo de actividades para captar a los perdidos. El resultado en muchos casos es sorprendente, y las estadísticas animan, con miles de “conversiones” falsas que no tienen permanencia en el tiempo, porque no llegaron a las congregaciones por Cristo Jesús, sino en búsqueda de ayuda, en búsqueda de soluciones a sus problemas matrimoniales, con los hijos, con la droga, etc. Sí, las congregaciones se están llenando y vaciando. Entran esperando que éste Jesucristo les ayude con sus finanzas, sexo, trabajo, etc., y se van a otra congregación cuando ya no se sienten a gusto, y otros se van para no volver nunca más porque este Dios del que les hablaron, no les dio lo que les habían prometido en la campaña evangelística, o en la charla o retiro en el espíritu. Como pueden ver, todo centrado en el hombre, bajo el lema “cristianismo” y usando la Palabra de Dios, pero sin profundidad, tal como lo hizo Satanás cuando quiso tentar al Señor Jesús.

Continua en la 2ª Parte

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