Los Niños
…los Padres, la Iglesia y la
Biblia
Una reflexión para revisar bíblicamente
Desde hace un tiempo, que me ha interesado este tema de los
niños. ¿Qué dice la Biblia sobre los
niños? Para esto hice un extracto de varios
versículos que menciono a continuación para que podamos tener un referente bíblico
en el cual basarnos en esta reflexión.
Los temas principales de estos
versículos, se relaciona con la
instrucción, enseñanza, disciplina,
guía, discipulado, y trato diario.
Instruir y enseñar
Pro 22:6 Instruye
al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de
él.
Isa 38:19 El que vive, el que vive, éste te dará alabanza, como
yo hoy; el padre hará notoria tu verdad a los hijos.
2ªTi 3:15 y que desde
la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la
salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
Pro 4:1 - 13 Oíd,
hijos,
la enseñanza de un padre, y estad atentos, para que conozcáis
cordura. Porque os doy buena enseñanza; no desamparéis mi ley. Porque yo también fui hijo de mi padre, delicado y único delante de mi madre. Y él me enseñaba, y me decía: Retenga tu corazón mis razones, guarda mis mandamientos, y vivirás. Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las razones
de mi boca; no la dejes, y ella te guardará; ámala, y te conservará. Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere
inteligencia. Engrandécela, y ella
te engrandecerá; ella te honrará, cuando tú la hayas abrazado. Adorno de gracia dará a tu cabeza; corona de hermosura te entregará. Oye, hijo mío, y recibe mis razones, y se te multiplicarán años de vida. Por
el camino de la sabiduría te he encaminado, y por veredas derechas te he hecho andar. Cuando anduvieres, no se estrecharán tus
pasos, y si corrieres, no
tropezarás. Retén el consejo, no lo
dejes; guárdalo, porque eso es tu
vida.
Luc 2:40 Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la
gracia de Dios era sobre él.
Isa 59:21 Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová:
El Espíritu mío que está sobre
ti, y mis palabras que puse en tu boca,
no faltarán de tu boca, ni de
la boca de tus hijos, ni de la boca de
los hijos de tus hijos, dijo
Jehová, desde ahora y para siempre.
Mandar
o guiar
Gén 18:19 Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo
justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado
acerca de él.
Deu 4:9 Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con
diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se
aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de
tus hijos.
Efe
6:4 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a
vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
Deu 6:6-9 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás
de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando
te levantes. Y las atarás como una
señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y
en tus puertas.
Deu 11:18 - 21 Por tanto,
pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis
como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando
de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te
acuestes, y cuando te levantes, y las
escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas; para que sean vuestros días, y los días de
vuestros hijos, tan numerosos sobre la tierra que Jehová juró a vuestros padres
que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra.
2ªJn 1:4 Mucho me regocijé porque he hallado a algunos
de tus hijos andando en la verdad, conforme al mandamiento que recibimos del
Padre.
Consejo
y/o advertencia
Pro 1:8-9 Oye,
hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre; porque adorno de gracia serán a tu cabeza, y collares a tu cuello.
Pro 3:1-2 Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu
corazón guarde mis mandamientos; porque
largura de días y años de vida y paz te
aumentarán.
Pro 7:1- 3 Hijo mío, guarda mis razones, y atesora contigo mis mandamientos. Guarda
mis mandamientos y vivirás, y mi
ley como las niñas de tus ojos. Lígalos
a tus dedos; escríbelos en la tabla
de tu corazón.
1ªTs 2:11-12 así como también sabéis de qué modo, como el padre a sus hijos, exhortábamos
y consolábamos a cada uno de vosotros,
y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria.
1ªCo
4:14 No escribo esto para avergonzaros, sino para
amonestaros como a hijos míos amados.
Introducción
De todo lo anterior, que por cierto es la palabra de Dios, podemos concluir, que el tema central que la palabra trata con
respecto a los niños, es en el campo de
lo que comúnmente entendemos por enseñanza en el proceso de su crianza. Podemos concluir que mientras se cría un
niño o niña, se le está constantemente
enseñando algo.
Cuando vamos a Pro.
22:6, Tenemos el mandamiento – consejo
más preciso y puntual con respecto a todo lo que el resto de la Biblia dice con
relación a los niños. Sin embargo es
curioso que la traducción del término
“instruye” de la lengua original
(hebreo), no es tan fácil de
hacer, y realmente es muy
completo. En el inglés lo tradujeron “train up”
que quiere decir “empezar a
formar desde cero”. En alemán es “gewöhnt man einen Knaben an den Weg” que dice:
“si se acostumbra a un niño
al camino”. En el hebreo es “kjanák” que literalmente significa
angostar – hacer estrecho, y que
figurativamente es iniciar,
adiestrar, instruir, disciplinar.
Es interesante reflexionar
en estos términos tan profundos, ya que
podemos comprender en toda su extensión lo que Dios nos quiere comunicar. En cada versículo de la Biblia, podemos encontrar muchísimas enseñanzas. Sobre todo si examinamos con cuidado lo que
significan las palabras en su idioma original.
Cuando queremos entender
algo específico, como en este caso
sobre los niños y lo que la Biblia nos enseña sobre ellos, nos va a ser muy necesario profundizar en
cada versículo. En este caso, yo hago este estudio, por la inquietud que tengo con respecto al
rol que tiene la iglesia en la educación – crianza de los niños. Este tema me ha inquietado lo
suficiente, después de haber escuchado
a otros pastores que mencionaron que no es bíblico que la iglesia enseñe a los
niños. Si examinamos con cuidado la
Biblia, efectivamente no encontramos ningún
mandato, enseñanza o sugerencia que nos
indique que la iglesia se debe encargar de enseñar a los niños.
De hecho si analizamos los
versículos mencionados al comienzo,
podemos concluir que la enseñanza – crianza – guía y disciplina, sólo se le exige a los padres de los
niños. Todos los mandatos son para los
padres. Por lo cual nace la
pregunta, ¿qué hacemos entonces con todo
lo que la iglesia está haciendo en cuanto a la enseñanza de niños?
Separados para Dios
Consciente de los tiempos en
los que nos encontramos y todo lo que ha surgido en los últimos 200 años con
respecto a educación infantil, tanto
secular como cristiana, será necesario
hacer una reflexión profunda para ver cómo podremos compatibilizar lo que dice
la Biblia, lo que Dios manda en su
palabra, y lo que la iglesia está
haciendo hoy en día.
¿Por qué cuestionarse algo
que al parecer está funcionando tan perfectamente? Justamente porque no está funcionando
perfectamente. De hecho en la mayoría
de los casos (escuelas dominicales para niños, escuelas bíblicas de verano, etc.),
no son más que educación secular con un tinte religioso. Es ahí donde está el peligro. Sin darnos cuenta, la iglesia ha adoptado estrategias del
mundo, ha incorporado metodologías y
procedimientos del mundo, que parecen
muy efectivas, y en muchos casos presentan resultados muy
convincentes.
Una de las cosas que más se enfatiza en las Escrituras, es el ser santos. Esto significa apartados para con Dios. No significa que nos debemos apartar del
mundo, retirándonos a un lugar privado y
exclusivo para cristianos. Es
apartarnos para Dios en medio del mundo en el que vivimos. Recuerde las palabras del Señor
Jesucristo, “no son de este mundo, pero están en el mundo”. El
ser santo va muy de la mano con lo que está escrito en 1ªJn 2:15-16 que dice:
“ No
améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el
amor del Padre no está en él. Porque
todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y
la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.”
Esta afirmación junto con
la de Stgo. 4:4, son importantísimas, y que sin embargo la iglesia no está
considerando en toda su magnitud. Por
esta razón la iglesia se ha contaminado a tal punto, que la palabra de Dios se ha desvirtuada y
adulterada. Es increíble que, siendo advertidos tantas veces en el Nuevo
Testamento de que esto va a suceder y que nos debemos cuidar de no caer en ese
error, hoy en día esté sucediendo en
la mayoría de las iglesias evangélicas y centros de estudios cristianos.
Con contaminación, yo me refiero
a que la verdad de los hombres, la cual
está basada en la sabiduría de hombres (la cual Dios en su palabra descalifica
en todo su espectro), se ha
introducido en la predicación,
enseñanza, discipulados, práctica,
organización, actividades,
etc.
¿Qué verdades de los hombres?
Principalmente el humanismo y todo lo que se relaciona con él. Este tema del humanismo, que se refiere a la centralidad del
hombre, la importancia y prioridad del
hombre, busca por todos los medios
satisfacer, beneficiar, resaltar,
todo lo que se refiere a nosotros.
En otras palabras, la búsqueda
del paraíso en la tierra para el hombre.
Para esto se nos han ocurrido una serie de “ciencias y teorías”, psicología,
sociología, filosofía, antropología, evolución,
cosmología, metafísica, ética,
etc. Lo sorprendente de todo
esto, es que estamos tan fascinados con
los descubrimientos en estos campos,
así como de la “cultura”, las
artes, literatura, deportes,
política, tradiciones de los
hombres, etc., que nos interesan mucho más que lo que la
Biblia tiene que decir. Por eso nos
calza tan bien lo que dice Rom. 1:21-22
“…sino que se envanecieron en sus razonamientos,
y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando
ser sabios, se hicieron necios.”
Ahora en cuanto a la iglesia, el
Señor lo dejó claramente escrito en su palabra que iba a suceder cuando habló
de la iglesia de Laodicea. Sus palabras
son tan pocas pero sin embargo tan exactas:
“Apo 3:17
Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa
tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre,
ciego y desnudo.” Estas palabras son
para la iglesia de Dios, no para el
mundo incrédulo. Esta actitud
orgullosa que la iglesia evangélica está teniendo por sus logros y éxito en el
mundo, es exactamente lo que el Señor
está reprendiendo. Compare con lo que Jesús le dice a la iglesia de Filadelfia en
Ap. 3:7-13. Es una enorme diferencia.
Los
Padres y la Iglesia
Entonces,
volviendo al tema de la enseñanza,
el instruir al niño en su camino,
podemos comprender un poco mejor,
como nos salimos de la pura palabra de Dios. No es la iglesia la que debe enseñar o instruir
al niño, sino los padres. ¿Entonces es malo que la iglesia instruya al
niño? ¿Qué pasa con todos los niños
que no tienen padres cristianos? ¿Es
malo que la iglesia del Dios viviente enseñe a los niños la palabra de
Dios? Cuando hacemos estas
preguntas, debemos proceder con cuidado
y siempre respondiendo desde las Escrituras.
En el momento que tratamos de razonar con nuestra mente contaminada por
el mundo, vamos a llegar a conclusiones
erradas, que pueden parecer muy buenas
y exitosas, pero que tendrán
consecuencias desastrosas.
Ese es el peligro de responder
apresuradamente, que nos desviemos
aunque sea muy poco, pero que en el
tiempo, tendrá consecuencias desastrosas
como lo estamos viviendo hoy en día.
En los últimos 200 años,
lentamente, casi sin darnos
cuenta, la iglesia se fue contaminando
con el humanismo. Hoy ya casi es muy
tarde. Sólo queda arrepentirnos y
volvernos al Señor y hacer como él le recomendó a la iglesia de Laodicea cuando
dijo: “Por tanto, yo te aconsejo que de
mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para
vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con
colirio, para que veas.”
Amados,
estamos a tiempo para volvernos a la palabra de verdad y guardar los
mandamientos de aquel que nos amó y dio su vida en rescate por nosotros. Por eso quiero pedirles que entiendan lo que
escribo de acuerdo a la palabra, a lo
que la Biblia dice y no lo que han aprendido del mundo. A mí también me costó darme cuenta y
aceptar esta realidad. Mientras veía lo
que estábamos haciendo con los niños acá en la Misión, comencé a cuestionarme lo que estábamos
haciendo. Combinado con lo que aprendí
de otros hombres de Dios que hacían un llamado a la santidad en todas las áreas
de la vida personal y eclesial, llegué
a esta conclusión que comparto hoy.
La enseñanza o instrucción de un niño le
compete a los padres. Eso ya lo tenemos
claro por lo que nos dice la Biblia.
Si la iglesia interfiere en ese mandamiento que es dado a los
padres, cometerá el error de hacer
tropezar a los padres, ya que no
estarán cumpliendo un mandamiento que está planteado desde el comienzo de las
Escrituras. Tenemos que cuidarnos de
no caer en el juego engañoso, por
tratar de facilitar la tarea a los padres,
terminamos haciendo la tarea de los padres. No hay ningún mandamiento que diga, que la iglesia debe hacer la tarea de los
padres en cuanto a la instrucción u enseñanza de sus niños. Se nos manda a llevar las cargas los unos
de los otros, a servirnos los unos a
los otros, a hacer todo lo posible para
cooperar con nuestros hermanos. Sin
embargo no se nos manda a que hagamos la tarea del otro.
Entonces,
¿cómo podemos ayudar a los padres en esta tarea sin hacer la tarea por
ellos? Esa es la pregunta
correcta. Ayudar es la tarea de la iglesia
en general. Ahora específicamente en lo
que se refiere a instruir al niño en su camino, la iglesia hoy en día es de suma
importancia. Ayudar en la instrucción
y enseñanza de los niños se tiene que hacer entonces en conjunto con los
padres.
Para que esto sea posible, que la iglesia y los padres trabajen
juntos, tendremos que hacer varios
ajustes profundos. Esto significa que
primero tendrán que ser discipulados los padres en la palabra de Dios, para que puedan entender primero cual es su
rol y deberes en la enseñanza de sus niños,
y cómo va a participar la iglesia en la enseñanza – instrucción de sus
niños. Para que sepan dónde comienza
y termina la tarea de la iglesia, y cuáles son las responsabilidades de ellos.
En cuanto a los niños con padres no
cristianos, ese es un tema
completamente diferente, y debe ser
enfocado desde el punto de vista evangelizador. Sin embargo se puede integrar perfectamente
con lo que estoy planteando. Esto lo
explicaré más adelante.
Volviendo a la tarea de los padres, estos tendrán que aprender a someterse a los
mandamientos que el Señor nuestro Dios les ha dejado en su palabra. Dado que la mayoría 99.5% no tienen la
menor idea de cómo ser padres cristianos,
ni mucho menos entienden lo que significa enseñar o instruir a sus
niños, y no son completamente culpables, será necesario hacer un estudio separado y
exhaustivo. Esto es tarea del Pastor
con los ancianos de la iglesia.
Existe material de sobra para profundizar en
este maravilloso tema de la instrucción parental para la correcta enseñanza de
sus hijos. Con material
suficiente, me refiero a la Biblia
solamente. Si nos concentramos en los
versículos que menciono al comienzo,
está todo dicho. Lo difícil para
los padres, será hacer los ajustes en
sus mentes, en su entendimiento, tal como lo dice en Rom. 12:2, “No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
Se necesitará un trabajo serio y preciso con
los padres, sobre todo con los que van
a ser padres, e incluso con los que
están planificando casarse. Lo ideal
es trabajar con los más jóvenes, para
que cuando lleguen a tener que enfrentar esta dura tarea de instruir al niño en
su camino, lo puedan hacer tal como lo
dice Dios en su palabra. Lo anterior
nos lleva a otro paso que debemos retomar con muchísima más seriedad, y es lo que nos mandó el Señor cuando dijo “…enseñándoles
que guarden todas las cosas que os he mandado…” Dado que esto no se está haciendo en la
iglesia (en la mayoría), tenemos todos
los problemas que estamos viviendo. No
estamos enseñando TODAS las cosas que el Señor Jesucristo nos MANDÓ, y mucho menos estamos enseñando a que las
GUARDEMOS. Esto ha sido
desastroso, ya que hemos reemplazado
los mandamientos, con las cosas del
mundo.
Estoy consciente que es una tarea
monumental, pero también sé que el
Señor nuestro Dios celestial, se gozará
y nos ayudará en todo lo que se refiere a guardar su palabra. Aunque esto signifique que tengamos poca
fuerza y no pertenezcamos a una mega iglesia evangélica, o seamos rechazados y criticados y
estigmatizados.
Las
Adversidades
Por lo tanto,
si los padres tienen claro su tarea,
podemos entrar en el tema de la
participación de la iglesia. Hoy en
día los cristianos ya no están siendo perseguidos como antes (aunque todavía
hay persecución en varios países musulmanes,
hindúes y budistas). Pero me
refiero al mundo occidental en el que vivimos. Hoy podemos creer en lo que se nos
antoje, mientras no ofendamos a
nadie. Por lo tanto si no somos
perseguidos por nuestra fe, entonces
tenemos toda la libertad para practicar nuestra fe. Mentira.
Hoy en día somos perseguidos por el
tiempo. El diablo se ha encargado de
manipularnos de tal manera, que hemos
creado todo tipo de entretenimientos,
pasatiempos, hobbies, tareas,
trabajos, estudios, deportes, etc., para que no nos concentremos en lo que es
importante (la palabra de Dios). De
esa manera los cristianos se han alejado de la verdad, cayendo en las redes de la falsa
libertad, creyendo que están en lo
correcto. Recordemos que la verdadera
libertad es la que viene del conocimiento de la verdad, tal como lo dijo el Señor. Esta verdad sólo se encuentra en la
Biblia. Por lo tanto sin no pasamos
mucho tiempo en la palabra de Dios, entonces
nunca seremos verdaderamente libres.
Eso es fácil de entender. Así es
como el diablo nos quiere mantener alejados de la palabra por todos los
medios. ¿A qué voy con todo
esto? Que los padres hoy en día, están siendo perseguidos por el tiempo. No tienen tiempo para leer la palabra de
Dios, por lo cual no saben lo que
tienen que hacer, cuales son los
mandamientos que deben guardar, y mucho
menos que es lo que tienen que hacer respecto a sus hijos. Por lo tanto proceden a su pinta, cometiendo todo tipo de errores. Los que sufren las consecuencias son los más
pequeños.
Entonces,
dado que los padres no tendrán ni el conocimiento bíblico, ni el tiempo para instruir correctamente al
niño en su camino, la comunidad
cristiana debe asistir, ayudar, complementar, pero no hacer la tarea de los padres. ¿Cómo se hace esto? Si bien la Biblia no tiene mandatos exactos
al respecto, y por lo tanto debemos ser
muy cuidadosos de no volver a caer en el error de hacer como hace el mundo
“exitoso” que nos rodea. Para ayudar a
los padres, tendremos que pensar en
alguna forma de trabajo en conjunto.
Para esto será necesario la cooperación integral, tanto de los padres, como del Pastor, como de las maestras, como del discipulador de los padres y de
los niños en cuestión. Esto estoy
seguro que le agradará mucho a nuestro Padre celestial, el vernos a todos involucrados en una tarea
que sólo traerá resultados positivos,
ya que al final todos estarán guardando la palabra de su Hijo
Jesucristo.
Sin embargo esto significará trabajo. Mucho trabajo y eso tenemos que tenerlo
presente, ya que nos toparemos con las
artimañas del enemigo. Por lo tanto, una de
las cosas fundamentales que deberemos hacer es orar. Orar mucho y constantemente, hasta que la cosa esté funcionando. Cuando esté funcionando y todo esté
marchando sobre ruedas, ya que el Señor
nos va a fortalecer y ayudar, entonces
deberemos seguir orando mucho, para que
no seamos tentados por nuestras concupiscencias.
Los que más guía necesitarán, son los padres, ya que son ellos los que deberán realizar la
tarea de instruir. Ellos son los que
tienen que participar en todo el proceso,
y la iglesia solo complementará aquella tarea de instruir. Para esto será necesario entender
integralmente lo que significa instruir al niño en su camino, y que cosas se le deben enseñar y como se las
debe enseñar. Comprendiendo esto, se deberá programar la participación de los
padres en las diferentes instancias en las que el niño es instruido –
enseñado.
En casa y en toda instancia familiar es
trabajo exclusivo de los padres. Sin
embargo se les puede ayudar en el cómo instruir en casa, por el trabajo que se puede hacer en la
iglesia. En la iglesia, los padres también participan, pero complementariamente. Eso significa, que la maestra de niños, integrará a uno o más padres durante la
lección (rotándoles si son varios padres),
que no es otra cosa que la continuación de lo que los padres estarán
haciendo en casa. Por lo tanto es un
trabajo continuo, que parte de la casa y
continua en la iglesia, para luego
continuar en casa, durante el tiempo libre – familiar, para volver a continuar en la iglesia, y así sucesivamente.
Si este proceso no se interrumpe, se puede lograr un resultado muy
provechoso, en el cual los padres
aprenden a comunicarse con los hijos en lo referente a la palabra de Dios, y al mismo tiempo aprenderán juntos a guardar
todo lo que el Señor Jesucristo mandó que hiciésemos. Con esto se lograra cumplir lo que el Señor
nos mandó en Mt. 28:20a.
La Palabra y el Cuerpo de Cristo
Ahora
la pregunta es ¿qué es lo que los padres deben instruir – enseñar a sus
hijos? Eso lo responde claramente la
palabra de Dios. Para que un niño sea
instruido en su camino, debe conocer primeramente
los mandamientos del Señor Jesucristo.
Todo se debe relacionar con lo que el Señor nos manda que hagamos. También encontramos en proverbios, muchas enseñanzas que complementan lo que el
Señor nos manda que hagamos. En otras
palabras, debemos proveer al niño con
toda la sabiduría de Dios.
Lo complejo de instruir a un niño en la
palabra de Dios en estos tiempos, es
que tendrá conflictos con su entorno y con todo lo que él está recibiendo
audiovisualmente desde el mundo que le rodea.
Cuando pensamos en los niños sobre los seis años, que recién se están integrando, es aún más difícil para ellos. Sin embargo, con el cuidado adecuado, el amor que el Señor pone en nosotros por su
gracia, las oraciones y el trabajo
integral con los padres, se puede
lograr una combinación tal, que sumado a lo que el Señor está
haciendo, se lograrían cosas
extraordinarias. En otras palabras, se
cumpliría la promesa del vv 6 de pro. 22,
“…y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”
Tal vez se pregunte, ¿cómo puedo
entender este trabajo en conjunto de acuerdo a las Escrituras? Yo lo entiendo desde lo que la Biblia dice
con respecto a la iglesia, que es el
cuerpo de Cristo. Somos comparados con
un cuerpo. Por lo tanto somos un
organismo vivo. Tal como el cuerpo se
compone de muchas partes, las cuales
todas tienen funciones muy específicas,
y donde ninguna parte puede hacer la labor de la otra, pero sin embargo si se pueden ayudar entre
si, y en algunos casos unas funcionan a
causa de otras. Es interesante este
tema y hay mucho que decir al respecto.
Por ahora sólo me limitaré a presentar el concepto, para lo que estamos reflexionando.
Los Padres tienen una función específica que nadie más puede y debe
hacer. Sin embargo, el resto del cuerpo que es la iglesia, puede y debe participar en apoyo
incondicional, a esto se refiere el
Señor con amaos los unos a los otros, en asistir a los padres en lo que sea
necesario, sobre todo si se trata de
padres con dificultades. Si vemos esta
tarea de instruir a los niños en sus caminos de esta forma, entonces creo que estamos entendiendo el
concepto como lo dice la palabra del Señor Jesucristo.
Los Peligros del Mundo
Hoy en día en las iglesias existen varios tipos de programas de
educación cristiana infantil. Si
hacemos un análisis general de estos programas, vamos a encontrar en la mayoría, metodologías,
procedimientos y actividades que
proceden del mundo. Como en todas las
cosas que hacemos como hijos del Dios altísimo, será necesario también aquí, buscar primeramente el reino de Dios y su
JUSTICIA. Para poder ser gobernados
por el Espíritu Santo en esta tarea tan delicada, como lo mencioné anteriormente, deberemos orar y someternos a la autoridad
de Dios. Esto no se puede enfatizar
lo suficiente. Será y es una
prioridad, ya que si no caeremos
nuevamente en el juego del diablo, y
sin darnos cuenta, volveremos a hacer
lo que nos parece bueno y lindo. Cuando la iglesia se involucra en la
asistencia a los padres en la instrucción de sus niños, lo debe hacer principalmente para la gloria
de Dios Padre. Si esto se tiene
claro, entonces será muchísimo más
fácil discernir como debemos hacer las cosas.
Por lo tanto, debemos tener muchísimo cuidado en cuanto a
las actividades y formas en que procedemos al enseñar a los niños. Me centro en esto, ya que es sumamente atractivo realizar
actividades con los más pequeños, que
proceden de organizaciones no cristianas.
Me refiero a actividades y programas que son copiadas de los Scouts, de los Masones, de los católicos y de varias tradiciones
culturales, por nombrar algunas. Estas actividades o celebraciones, parecen muy inocentes e incluso
entretenidas. Por otro lado la iglesia
evangélica también se ha deslumbrado con muchas cosas que vemos en la
televisión, como shows, programas infantiles, competencias y festivales, cuentos y películas. ¿Ha escuchado decir: “…si no hay nada de malo
en eso”?
Todo esto ha invadido las
escuelas dominicales, escuelas bíblicas
de vacaciones, organizaciones
infantiles, etc. Sin darnos cuenta, por la falta de permanecer en la palabra
como lo instruyó el Señor Jesucristo,
nos hemos deslizado en la dirección del mundo. Esto tuvo como consecuencia, que la gloria sea para los niños, las maestras, los hermanos/as que ayudaron, las tías de la unión femenil, el Pastor,
etc. Todos son celebrados por
el éxito de las campañas y programas infantiles. Todos menos el Señor nuestro Dios. Sí,
es cierto que a Él se le menciona entremedio, y se repiten versículos de memoria, y se lee la Biblia, y se cantan himnos y cánticos espirituales, para luego volver rápidamente a la
celebración y diversión y exaltación de nosotros mismos.
Sé que esto puede parecer
algo exagerado. Sin embargo si somos
bien objetivos, y nos humillamos
delante del Señor, y hacemos un
análisis exhaustivo con la palabra en la mano,
nos daremos cuenta de que hay varias cosas que no están bien. Nuestro afán por sentirnos bien, por pasarlo bien, por ganar a muchos niños para Cristo, por ser felices y ser mejores, nos está llevando a lo que mencioné
anteriormente con el humanismo, a
centrarnos en nosotros mismos; a
centrarnos en los niños para que estos sean felices.
No quiero que me
malentiendan. Lo que quiero es que
guardemos los mandamientos del Señor, y
hagamos lo que tenemos que hacer de acuerdo a lo que está escrito. Que hagamos las cosas mucho mejor, con mucho más esfuerzo, para que el nombre santo de Dios sea
glorificado. Esto requiere de estudio
profundo de la palabra. Esto requiere
de total sometimiento al Espíritu Santo en obediencia a lo que el Señor dijo
que debemos hacer.
Conclusión
Dado que lo anterior
todavía no es una realidad en nuestra iglesia,
será imperante ponernos a trabajar,
para poder ver como ponemos esto en acción. Es un desafío importante, ya que no se puede hacer todo de un
viaje. Es un proceso de serios ajustes
en todas las áreas del cuerpo de Cristo.
Sin embargo es algo que
tenemos que hacer, y por sobre todo
compartir las experiencias, para
edificarnos mutuamente con lo que el Señor está haciendo en cada iglesia.
Lo primero será, mientras examinamos a la luz de la palabra
lo que estamos haciendo en este momento,
capacitar a los maestros y
discipular a los padres, para que se
pueda producir la sinergia necesaria,
con la cual se pueda comenzar a trabajar en un mismo Espíritu en total
sujeción al señorío de Cristo, y así
ayudar a los padres a realizar esta extraordinariamente difícil tarea de
instruir al niño en su camino en estos tiempos. Eso es muy importante de tener muy en
cuenta, de que lo tenemos que hacer, lo tendremos que hacer en estos tiempos, que son totalmente contrarios a lo que la
palabra nos manda.
Pero antes de diseñar
metodologías y procedimientos, debemos
orar y rogar a nuestro Padre
celestial, en el nombre de su Hijo
amado, que nos de sabiduría e
inteligencia espiritual, para no ser
arrastrados por las técnicas del mundo.
Hermanos amados, seamos fieles
en todo a aquel que nos amó mientras estábamos muertos en nuestro delitos y pecados, y que envió a su Hijo unigénito para que
tengamos vida en Él.
Por
Ernesto Säuberlich B.
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