viernes, 16 de enero de 2009

todo o nada...

Todo o Nada

Rom. 12 : 1,

Quiero comenzar diciendo, o mas bien corrigiendo algo que yo estaba diciendo y que podemos escuchar de muchos predicadores. “La Iglesia hoy en día esta enferma” “La Iglesia esta llena de pecado, adulterio, engaño, disensiones”, no hermanos, la iglesia no esta enferma, ni llena de pecado, ni nada de eso. La Iglesia nunca ha estado enferma o en pecado o involucrada con el mundo, o invadida por el mundo.

La iglesia es la novia de Jesucristo, es el cuerpo de Jesucristo, esta compuesta por los elegidos de Dios, creyentes regenerados y convertidos, nacidos de nuevo, nuevas criaturas, que han sido transformadas por el poder y la gracia de Dios en Cristo.

Las que están mal son las congregaciones, que creen ser una iglesia. Las congregaciones que dicen haber recibido a Jesús en sus corazones. Aquellos grupos de personas que creen que están haciendo lo correcto al reunirse los domingos para “adorar” a Dios a su manera y según lo que ellas consideran apropiadas.

La Iglesia esta compuesta por aquellos que han decidido rendir sus vidas por gratitud y amor al Padre celestial. Abandonar las cosas del mundo. Las cosas del mundo, todo aquello que Dios detesta, odia y ha condenado por la eternidad. Aquellas cosas que a nosotros tanto nos gustan, que nos producen tanto placer.

La iglesia esta compuesta por los convertidos, nacidos de nuevo, en los que se pueden ver cambios radicales. Cambios profundos que Dios ha hecho en ellos. No cambios que ellos han decidido hacer en sus vidas. La iglesia se compone de hombres y mujeres que han entendido que fueron salvados de la ira de Dios, por Jesucristo nuestro Dios Todopoderoso.

El que es regenerado, convertido y nacido de nuevo, es como lo dijo Charles Spurgeon, “Si pusiésemos a un lado un plato delicioso de los alimentos mas finos y al otro lado un balde con desperdicios, sobras del banquete. Si traemos a un cerdo y lo soltamos, se iría corriendo directamente al balde y metería toda su cabeza en el y se regocijaría en la inmundicia moviendo la colita de felicidad.

Entonces, imagínense que Dios en un abrir y cerrar de ojos toca a ese cerdo y se convierte en un hombre a su imagen. ¿Qué creen que le pasaría a ese recién convertido en hombre? Caería de espaldas, horrorizado de lo que estaba haciendo y vomitaría sin cesar la asquerosidad que estaba comiendo. Se sentiría repulsivo y avergonzado de lo que estaba haciendo. Odiaría ese balde y condición que tenía y se lavaría y alejaría para nunca mas volver a esa condición.

El inconverso es como el cerdo, que se goza de todo lo que Dios odia. No solo se goza pensar en eso, sino que lo busca desesperadamente. No haya la hora de volver a ver una película violenta, con sexo y blasfemia, busca satisfacer su hambre sexual como sea, planea como ser mas poderoso y autosuficiente, en otras palabras sigue su concupiscencia para hacer todo lo que la Biblia dice ahí en Gálatas, Efesios y Colosenses que son las obras de la carne. Directo al balde vomitivo. Creyendo al igual que el cerdo que es lo mejor que le puede haber sucedido.

Pero cuando Dios hace la obra milagrosa, por su misericordia y gracia, en aquel que se ha dado cuenta que era un “cerdo”, que no hacía mas que violar la Ley santa y perfecta de Dios, que había distorsionado la verdad a tal punto que otros creían lo que el decía, que reconoció su condición perversa y retorcida, entonces se convierte en una nueva criatura, en una criatura regenerada. Eso sólo lo puede hacer Dios.

Es cierto que el convertido de verdad volverá a pecar, pero esta vez sentirá una repulsión, un rechazo que lo hará sentirse mal en todo su cuerpo, que no le permitirá dormir, le producirá un deseo honesto de caer de rodillas ante Dios para volver a arrepentirse de todo corazón.

Uds. escucharon al pastor la semana pasada. Como nos habló de que nos teníamos que arrepentir, que somos llamados a convertirnos de nuestros malos caminos. Por toda la Biblia se lee como Dios ruega a su pueblo que se vuelvan de sus malos caminos. Los profetas como decía el Pastor en su mensaje, fueron enviados por Dios, para decirle al pueblo de Dios, que Jehová el Señor quiere lo mejor para ellos pero tienen que temerle y obedecerle. ¿Pero le escucharon? No los mataron o perseguían. Juan el Bautista fue el último profeta, y ¿qué fue lo que el anunció? “Arrepentíos que el reino de los cielos se ha acercado.” Y así lo hizo nuestro amado Señor Jesús. “Arrepentíos que el reino de los cielos se ha acercado”.

Hermanos y hermanas, sin arrepentimiento no hay salvación, no hay conversión, no hay vida nueva, no hay vida eterna en el cielo, si hay una cosa segura, que sin arrepentimiento se irán al infierno. No son palabras mías, así esta escrito.

Hoy estamos a punto de acercarnos a la mesa del Señor, para tener el privilegio de participar de la cena, sacramento que Jesús instauró, para que le recordemos hasta la muerte.

Pero antes, volvamos a leer en su Palabra lo que encontramos en Romanos 12 versículo 1.

“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.”

Aquí se resumen cinco sermones. Hoy sólo veremos uno.

Comienza diciendo: “Así que,…..” con esto se quiere decir, por lo tanto, considerando lo anterior…..¿Qué anterior? Todo lo anterior, los once capítulos anteriores, ¿por qué los once capítulos anteriores?, porque hablan de DIOS, de la grandeza, majestuosidad, omnipotencia, misericordia, amor, sabiduría, fidelidad, provisión, ira, disciplina, consolación, etc, etc, de Dios.

Once capítulos que nos hablan de lo maravilloso que es Dios. Que hablan de su evangelio, de lo que él hará con los que le buscan y se arrepienten, pero todo esto es contrastado con nuestra verdadera condición al mismo tiempo. Como somos nosotros y que hemos decidido hacer. Viles pecadores, odiadotes de Dios, enemigos del Dios de la Biblia. Esa es nuestra naturaleza.

Entonces, considerando la Gloria de Dios, comienza el capitulo 12 de la segunda parte de la carta a los Romanos con el “Así que,….”

Y luego dice “hermanos”, esta referencia es mas bien afectuosa al decir hermanos, ya que la carta iba dirigida a un grupo de desconocidos y no todos eran convertidos. Este ruego no va sólo a los que han sido salvados y transformados por el poder de Dios, sino que a todos, a Uds. les hablo, hermanos y hermanas, que hemos escuchado predicas y enseñanzas de Dios, de su naturaleza, cualidades, virtudes, de todo sus atributos, lo que él es y llena, de la profundidad, anchura, largo y altura de su amor, que tan maravillosamente se resume en ese versículo, todos juntos, “De tal manera amó Dios………” A ese Dios se esta refiriendo el Apóstol inspirado por el Espíritu Santo.

Si hermanos amados, Ese Dios que no tiene igual ante el cual se postran los cuatro seres que se encuentran frente al Trono y los doce ancianos que arrojan sus coronas delante del que esta sentado en el trono. Dios, ante el cual se postró toda la creación, Las estrellas y galaxias, los montes y el mar, los cielos y el universo. De él estoy hablando.

Entendieron, así que considerando ese Gloriosos y Majestuosos Dios, Rey de reyes y Señor de señores……

Como siguen las Escrituras, “os ruego por las misericordias de Dios,….”

Amados, ¿pueden leer? ¿Entienden lo que el Espíritu Santo esta diciendo por medio de Pablo?, ¿entienden?, ¿Qué esta haciendo el Espíritu? ROGANDO.

Esta rogando, suplicando, implorando, no nos esta simplemente pidiendo, no hermanos nos esta rogando. ¿Entienden, no es así?

y no sólo rogando por cualquier cosa, sino que esta rogando por algo específico ¿Por qué? “Por las misericordias de Dios”. De Dios, hermanos. Por las misericordias…..

Esto no es cualquier ruego. Es un clamor casi desesperado, Por las misericordias de Dios. Por todas las misericordias que Dios ha tenido con Uds. ¿Se ha puesto ha pensar cuantas misericordias Dios ha tenido con Ud.? ¿Cuantas veces le ha perdonado sus iniquidades?, no ha tomado en cuenta su trasgresión (pecados), lo ha salvado de un desastre, lo ha detenido ante una dedición equivocada, ¿Cuantas veces DIOS ha tenido misericordia de Ud. sólo en este día?

Por todas esas misericordias, el Espíritu Santo le esta rogando que haga algo,

“que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,….”

¿Cuántas veces no hemos repetido este pasaje, lo hemos cantado en himnos y cánticos espirituales, ¿Pero lo entienden? ¿Entienden que significa presentar sus cuerpos? ¿Se han puesto ha pensar que quiere decir cuerpos? No dice alma, espíritu, mente, manos, ojos. No!!, dice cuerpos, eso incluye todo su ser. Todo su ser. Todo!!!!! No sólo lo físico, carne y huesos, todo lo que Ud. es. Lo que Ud. piensa, lo guarda en su corazón, lo tanto le gusta, lo que prefiere, lo que siente, lo que sueña, etc, etc. Sin retener nada de su ser, sino que integralmente. TODO!!!

Pero ahora viene la parte complicada. Ponga atención!! El Espíritu Santo nos ruega, implora, que lo hagamos de una manera especial.

“…en sacrificio…” Sacrificio, refiriéndose tanto al AT como lo que dice en 1ª Co. 6:20

“Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.

Sacrificio es algo que se no se recupera de nuevo. Es algo que se entrega para ser muerto, quemado, para que sea de Dios, para que él se goce. Por eso el Apóstol inspirado por el Espíritu Santo agrega ciertos adjetivos al tipo de sacrificio que debemos entregar, como debe ser este sacrificio,

“…vivo, santo y agradable a Dios,”

No de cualquier forma, no es llegar y simplemente decir aquí estoy, no hermanos y hermanas. No de cualquier manera.

Pongamos mucha atención. “ Vivo “, significa que estamos concientes y estamos sintiendo, hemos decidido y nos hemos dispuestos, es por nuestra voluntad.

Santo, esto es mucho mas difícil, santo significa apartado. No apartado en un monte o el desierto. Apartado de la carne, de la naturaleza humana, de lo que nosotros creemos, de nuestra manera de ver las cosas, de la manera en que nos gusta hacer las cosas, apartados para DIOS, apartados para la adoración de ese glorioso Dios que se menciona en los once capítulos anteriores. SANTO, hermanos “…sin santidad nadie verá al Señor.” Un sacrificio santo, es un sacrificio diferente a los que nos gustan hacer para que nos aplaudan, ¿Ud. me entiende? Sacrificio santo, es un sacrificio honesto desinteresado, un sacrificio que nace de la admiración, agradecimiento, temor, honra a Dios.

Y termina diciendo “…agradable a Dios,” un sacrificio vivo, santo, siempre será agradable a Dios. Y sólo si es agradable a Dios, será verdaderamente un sacrificio que lleve fruto, será como lo dijo el Señor Jesús a la mujer samaritana, “…en Espíritu y verdad…”, será verdadera adoración.

Y cierra el versículo diciendo, “…es vuestro culto racional.” ¿Qué eses un culto? Aquel momento de adoración a Dios. Aquel momento apartado de todo para estar frente al Dios Altísimo rindiendo nuestro ser para que él sea glorificado y se goce con nuestra demostración de temor y adoración. Pero dice, “…racional…” esto significa que es con nuestro entendimiento, entendiendo lo que sentimos y creemos, entendiendo lo que estamos haciendo, pensando cada palabra que sale de nuestra boca, concientes, atentos, etc.

Hermanos y hermanas, hoy participaremos de uno de los momentos mas solemnes de nuestro “culto racional”,
“La cena del Señor”. Comeremos el pan y beberemos el vino, su carne y su sangre, que Jesús entregó como “…sacrificio vivo, santo y agradable a Dios…” el Padre celestial.

¿Podemos venir así como estamos? ¿Podemos presentarnos simplemente como estamos? ¿O debemos hacer algo antes?

Este es el momento, luego de haber exhortado la Palabra de Dios, luego de haber meditado en su grandeza y majestuosidad, este es le momento para hacer lo que las Escrituras nos han enseñado.

“…que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios,”

Para eso amados, nos vamos a arrodillar ante nuestro Señor Jesucristo el Dios todopoderoso y maravilloso y ahí en silencio, sabiendo que el conoce nuestros corazones, arrepiéntase de todo corazón, arrepiéntase por haber pecado contra Dios, arrepiéntanse por haber quebrantado sus mandamientos, pidámosle a Dios que nos limpie y purifique, para que podamos ser dignos de venir a la mesa del Señor. Ud. solo con Dios, yo levantaré en una oración.

En silencio ore en el Espíritu a Dios.

Aleluya!!

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